10 abril 2020

La protección social universal vence todas las crisis

La tendencia hacia la globalización comenzó hace décadas. La globalización de los mercados financieros, de las empresas, y a veces incluso de la solidaridad. Esa solidaridad internacional es más que necesaria hoy y mañana para superar los desafíos que plantea el virus COVID-19, porque este virus tiene efectos globales y afecta a todos los habitantes de nuestro planeta.

WSM, ACV-CSC, CM-MC y sus organizaciones contrapartes en Asia, América Latina y África defienden la protección social universal desde hace años. Los sindicatos concluyen acuerdos con los empleadores sobre licencia por enfermedad, protección de la maternidad y pensiones. Las mutuales de salud ofrecen servicios sanitarios accesibles, medicamentos y prevención. Las cooperativas ofrecen a las familias una forma alternativa de trabajar y obtener ingresos. Las organizaciones de mujeres ofrecen microcréditos que les permiten a las mujeres amortiguar los períodos de dificultad.

El cambio sistémico es necesario

Al mismo tiempo, estas organizaciones, a menudo en asociación con otras, son activas a nivel político y trabajan para lograr cambios estructurales que garanticen el acceso de toda la gente a los diferentes aspectos de la protección social. Gracias a su fuerte integración en sus comunidades locales y a su experiencia en estrategias e iniciativas innovadoras para lograr la protección social, estas organizaciones contribuyen de manera valiosa a los procesos de toma de decisiones.  Tanto a nivel nacional como internacional, se unen en el marco de la red temática sobre el derecho a la protección social. Con unas 100 organizaciones miembros en 24 países, esta red tiene un mensaje claro: tenemos que trabajar para lograr políticas de protección social nacionales, globales y ampliamente respaldadas con la plena participación de la red. Son conscientes de que muchos de los sistemas de protección social existentes dejan a demasiadas personas desprotegidas, y que es necesario cambiar los sistemas. Es necesario reformar los mecanismos existentes para incluir a quienes trabajan en la economía informal y en condiciones de trabajo precarias y a quienes no pueden hacer un trabajo remunerado.

Acceso limitado a la atención médica

La crisis del COVID-19 revela lamentablemente las debilidades de la protección social deficiente en muchos países. El 40% de la población mundial no tiene seguro médico ni acceso a los servicios de salud nacionales. Aproximadamente 800 millones de personas gastan al menos el 10% de su presupuesto doméstico en atención médica cada año y 100 millones de personas caen en la pobreza cada año como resultado de sus gastos médicos. Esto significa que muchas personas simplemente no pueden sufragar un tratamiento cuando están enfermos. Ni siquiera si esa enfermedad se llama COVID-19.

Nuestras contrapartes y la red sobre el derecho a la protección social en la que todos estamos activos siguen desempeñando su papel en este campo hoy en día. Nuestra página sobre COVID-19 describe todo lo que nuestras contrapartes están haciendo en términos concretos para informar a la población sobre el virus, para ofrecerles material de protección y para ayudar a grupos específicos de personas. También son los que han iniciado un diálogo con las autoridades para ayudar a encontrar la forma más adecuada de hacer frente a esta crisis.

¿Qué pasa después de la crisis del COVID-19? ¿Continuaremos como siempre?

Una vez que se habrá evaluado el daño, que se habrán curado los enfermos y enterrado los muertos, todavía quedará mucho por hacer para que las sociedades se recuperen. La solidaridad internacional será necesaria. No sólo ayuda de emergencia, sino también ayuda estructural.

Esperemos que el COVID-19 se convierta en un punto de inflexión, un evento que cambie fundamentalmente nuestra forma de pensar sobre varias cosas. Como la forma en que tratamos la naturaleza, pero también sobre la protección social. ¿No es hora de que el derecho humano que es la protección social se materialice realmente? Tenemos que asegurarnos de que se proporcionen los recursos financieros para construir eficazmente una protección social universal de manera que, cuando llegue la próxima crisis, ya sea un nuevo virus, un tsunami o una crisis bancaria, cause mucho menos sufrimiento.

Facilitada por WSM, la red sobre el derecho a la protección social seguirá apoyando la protección social para todas y todos y en todas las circunstancias, en todos los países en los cuales tenemos contrapartes y a nivel continental e intercontinental. Esperamos que las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial y FMI), los gobiernos del mundo entero y la cooperación internacional belga y europea siguen este movimiento.

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